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¿PARA QUÉ INVERTIR EN UN COACH?

“¡Es más fácil avanzar del fracaso al éxito que de las excusas al éxito!” John Maxwell

Todos tenemos 180° de ceguera, por eso Dios nos diseñó para vivir en pareja, de modo que el otro nos respalde viendo y mostrándonos aquello que nosotros no podemos ver.

Lo que percibimos como realidad es solo una pequeña fracción de esta que podemos captar, y que además está distorsionada por nuestros modelos mentales. Una simple frase dicha en una reunión de trabajo puede evocar experiencias y causar reacciones muy diferentes en cada uno de los participantes, dependiendo de la historia, cultura, biología, emociones y lenguaje de cada uno de ellos.

La clave del éxito, el crecimiento y la prosperidad es comenzar a distinguir aquello que no estamos viendo como quien enfoca una lente, pero sin perder la imagen del paisaje completo. Es identificar los puntos ciegos que nos limitan, las oportunidades que siempre han estado allí sin que nos percatáramos de ellas. Es como estar parados sobre un campo debajo del cual hay oro, diamantes o petróleo. Si no investigamos ni escarbamos, nunca lo descubriremos.

En lo personal estoy convencido de que en cada ser humano existe el potencial para lograr cosas extraordinarias y únicas, pero el problema es que la mayoría emprende ese viaje buscando hacia afuera, no hacia adentro. Deseando llegar a un lugar o situación externos antes de descubrir y conquistar las capacidades internas. Peor aún, muchos nunca emprenden esa jornada porque como nos dice John Maxwell: “La mayoría de las personas emplean más tiempo planeando sus vacaciones de verano que planeando sus vidas.”

¿POR QUÉ CONTRATAR A UN BUEN COACH?

  • Un buen coach funciona como un espejo que te permite ver todo tu potencial junto con aquellos obstáculos que lo están bloqueando

Recuerdo cuando mi papá nos llamaba a mi hermano Carlos y a mi para que lo ayudáramos a lavar el tanque de agua que estaba ubicado sobre el techo de nuestra casa. Que diferente se veía el árbol de mango del jardín, la quebrada que corría por detrás de nuestra casa y la gran avenida al final. Un paisaje visto desde otro ángulo es otro paisaje. O como lo dijo magistralmente Max Planck:

“Cuando tú cambias la manera como miras las cosas, las cosas que miras cambian.”

Pero en nuestra cotidianidad nos acostumbramos a ver todo de una misma manera. Por eso parte esencial del trabajo del coach es generar distinciones. Si observas la foto más abajo, notarás que la valiente escaladora ve oportunidades para afianzarse con sus manos y pies, donde los laicos como yo solo vemos pared. Donde yo veo un obstáculo tan insuperable que ni siquiera evalúo esa ruta, ella ve múltiples opciones; donde yo veo un pequeño contorno, ella ve un apoyo para la punta de su pie; donde yo veo solo una laja que sobresale, ella ve un manubrio al cual asirse aunque solo quepa su pulgar.

Lo mismo pasa con nuestro liderazgo, carrera o empresa. No vemos las oportunidades o creemos que todavía están allí a pesar de que el mercado esté cambiando radicalmente. Peor aún si somos exitosos, porque quizás por eso no creamos necesario seguir transformándonos. Muchas veces lo mejor que le sucede a un líder en su carrera o negocio es un estrepitoso fracaso que le haga revaluar sus prioridades, exponenciar su creatividad para reinventarse y sobrevivir, y exprimir cada gota de sus recursos incluyendo el aprendizaje.

Muchos líderes y emprendedores exitosos han sido inspirados por alguien quien vio en ellos más de lo que ellos vieron en sí mismos. Este no es un don o un gran secreto. Se trata solo de verlo desde afuera, desde otra mirada, desde otra perspectiva, y para eso existimos los coaches.

  • Un buen coach es un puente que te sirve para cruzar hasta tus metas o propósito

Una vez el líder confirma la meta o lugar adónde desea llegar, es necesario trazar la ruta entendida como la continua detección y uso de nuevas distinciones. Al igual que para la dama escaladora de la foto, ningún trecho del camino es igual. Cada paso dado cambia la mirada y requiere que se detecte una nueva oportunidad para seguir escalando. Seguramente las probabilidades se inclinarán hacia quien esté atento. La clave está en ser guiado por las convicciones, no por las circunstancias.

Acá al trabajo del coach es ayudar al cliente a transformar su mirada y su percepción de sí mismo y la realidad, de modo que pueda navegar sobre los obstáculos que le impiden llegar a su meta. No se trata de compartirte estrategias que te permitan evitar los obstáculos del mapa; se trata de cambiar el mapa con nuevas rutas mentales que avanzan por encima de los obstáculos.

Tú tienes adentro de ti todos los recursos que necesitas, pero es posible que necesites quien te ayude a verlos y sacarlos.

  • Un buen coach también es un buen mentor

El cliente, como experto en sí mismo, contiene todo el conocimiento necesario para lograr su objetivo específico, y el trabajo del coach es escuchar activamente para hacer preguntas que permitan taladrar el sustento de las creencias del cliente, con el fin de evaluar si se trata de hechos reales o simples juicios (creencias). Sin embargo, en muchos casos es conveniente el alegato productivo que no es más que mostrarle al coachee una mirada diferente. Es simplemente darle una opinión o metáfora personal que le ayude a ver las cosas desde otra perspectiva, desde la óptica o perspectiva del coach; algo como abrir una ventana y mostrarle un posible escenario a ver el impacto que le hace. Por eso es importante que el coach además tener un profundo entrenamiento como coach tengan considerable experiencia en su área de servicio.

En resumen, un buen coach:

  1. Opera como un espejo donde puedes verte más profundamente
  2. Te ayuda a crear un puente mental que te permite cruzar sobre el río de creencias erradas y modelos mentales limitantes
  3. Te comparte su experiencia como mentor

Para preguntas o sugerencias de temas puedes escribirme a contacto@eduardovillegasoficial.com. También puedes visitar mi página www.eduardovillegasoficial.com

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