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DELEGANDO REMOTAMENTE

“No se delega improvisadamente. Requiere esfuerzo y estrategia. Si no lo estás planeando, no estás delegando, y esto aplica tanto para la delegación remota como para la presencial.”

Uno de los retos que trajo la pandemia es el incremento del trabajo remoto, y considerando las muchas ventajas que ofrece, podemos asumir que se mantendrá en muchas organizaciones aun luego de superado el virus. Por eso es importante alinear y afilar nuestras habilidades en esta nueva dirección.

  1. ¿Qué es delegar?

Delegar no es más que encomendarle el logro de un objetivo a alguien; sin embargo, en el mundo corporativo es un proceso planeado. No se delega improvisadamente. Requiere esfuerzo y estrategia. Si no lo estás planeando, no estás delegando, y esto aplica tanto para la delegación remota como presencial.

  1. ¿Para qué delegar?
  • Para dedicarte a labores más estratégicas para la misión de la organización
  • Para desarrollar a tu equipo y que alguien mejore lo que tú haces
  • Para motivar poderosamente y generar lealtad

Saber delegar es una habilidad esencial para el éxito de todo líder

  1. ¿Cuáles son los ingredientes necesarios para delegar remotamente?
  2. Otorgar confianza

Otorgar confianza implica soltar cierta cantidad de control. Puede ser poco, como dejar tu ropa en la tintorería, o mucho, como cuando te subes a un avión. Dependiendo de tu personalidad, tus emociones y tu experiencia personal, otorgar confianza puede serte fácil o muy difícil. Si te cuesta confiar en la gente y sientes la constante necesidad de supervisarlos detalladamente, pregúntate:

  1. ¿Qué me preocupa? ¿Qué es lo peor que puede pasar?
  2. ¿A que le temo exactamente? (Definir el riesgo nos ayuda a calibrarlo).
  3. ¿Qué es lo mejor que podría pasar?

 

  1. Generar confianza

“El líder modela las conductas que promueve.”

Un elemento que tienen en común los grandes líderes de todos los tiempos es la coherencia. Esa coherencia los hace predecibles: si exige puntualidad, es puntual. Si promete, cumple. Si pide al equipo que abra sus cámaras en una videoconferencia, ella también lo hace. Si advierte que algo no será tolerado, actúa en consecuencia con los infractores. El líder modela las conductas que promueve.

Una competencia blanda a la hora de generar confianza es la empatía. Si bien las audio o videoconferencias limitan nuestra capacidad de apreciar el lenguaje corporal del otro y de influenciar el entorno, el ambiente remoto ofrece ciertas ventajas, como por ejemplo control de las interrupciones, ausencia de miradas de terceros, la maravillosa potestad de cerrar la cámara o el micrófono si por unos momentos no deseamos ser vistos u oídos, y el superpoder de regresar inmediatamente a la intimidad del lugar desde donde estás trabajando, al terminar.

Una forma simple de ser empáticos es entendiendo como afecta a cada miembro de tu equipo el trabajar remotamente en medio de una pandemia. Recuerda que cada caso es único. ¿Están todos sanos en su familia? ¿Tiene trabajo su cónyuge? ¿Hay algún divorcio, muerte cercana, conflicto, niños pequeños? ¿es ella madre soltera o él padre soltero? ¿cómo están sus niveles de ansiedad? Este proceso debe ser individual y motivado por un interés genuino. No se puede fingir.

Esas conversaciones te permitirán entender los retos que cada miembro de tu equipo afronta a la vez que te permitirán comunicarles una y otra vez las prioridades del equipo y la importancia de entregar resultados excelentes. ¿Cómo se conjuga lo anterior? En una palabra: Flexibilidad, lo que nos lleva al punto 3.

  • Evaluar en base a resultados

El nivel de sincronización necesaria dentro de tu equipo variará dependiendo del modelo comercial de tu empresa y del rol de tu departamento. Para algunos bastará un par de llamadas semanales mientras otros requerirán pasar horas conectados cada día. Lo ideal, cuando sea posible y la ley te lo permita, es monitorear a tu equipo en base a resultados de modo que les concedas la flexibilidad de trabajar a su ritmo, en las horas más convenientes y cuando son más productivos. Bajo este esquema te limitas a definir claramente lo que se necesita, cómo y para cuando exactamente, mientras el asociado se encargará de proveerlo dentro de su propio tiempo, pero con la debida calidad y según los requerimientos. Para esto debes tener un equipo entrenado y confiable, es decir probado.

  1. Tips para la delegación remota

Es importante informar claramente:

  1. Lo que se requiere (cómo)
  2. Para qué se requiere
  3. Para cuando se requiere
  4. Pasos para la delegación remota
  5. Selecciona a quien se lo quieres delegar y comunícaselo asertivamente (no estás deshaciéndote de algo que no quieres hacer, sino que le estás dando una oportunidad de brillar)
  6. Dibuja el éxito: cómo se ve la excelencia en ese trabajo (Feedforward)
  7. Valida su entendimiento haciendo preguntas
  8. Hazle seguimiento apropiado al progreso (según su madurez)
  9. Provee temprana retroalimentación positiva y/o constructiva

Algunos principios que me han funcionado:

#1: Responsabilidad = Autoridad: No puedes darle responsabilidad a alguien sin darle autoridad, ni debes darle autoridad sobre lo que no será responsable

#2: Si puedo delegarlo, lo delego (sin remordimientos): eso me permite desarrollar a la gente mientras invierto más tiempo en lo estratégico

#3: Los aciertos pertenecen al equipo, pero los errores pertenecen al líder

#4: La verdadera delegación apunta hacia el desarrollo de la persona

#5: Entrenar vs Modelar: el supervisor entrena (tareas), el líder modela (comportamientos). Entrenar capacita, modelar inspira

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